Alguien pensó como sufren los árboles cuando los torturan, y los mutilan sin poder gritar su dolor. O la tristeza que tiene el mar cuando lo bañamos de todas las mierdas existentes. O cómo se ahoga el aire cuando lo llenamos de porquerías. Alguien se puso a pensar alguna vez en el miedo que nos tiene la muerte o cómo nos odia el amor por romperle tanto las pelotas. Yo sí pienso en esas cosas. Pienso en lo frío de la soledad del sol en la eterna virginidad de la luna, en la relación amorosa del viento y las hojas y en que la lluvia es el momento en que el cielo y la tierra tienen un orgasmo La venganza del cordero atado Por Camilo Blajaquis